Preocupado y enfadado por creer que después de toda una vida de lucha por mejorar la sociedad íbamos a dejar a nuestros hijos una basura de mundo, he encontrado un libro que me ha devuelto el optimismo realista. Se titula El mundo va mucho mejor de lo que piensas del profesor de psicología francés Jacques Lecomte.
Con numerosos datos y explicaciones convincentes va desmintiendo las creencias catastrofistas que poco a poco nos hemos ido metiendo en la cabeza. Y explica muy bien por qué al poder le interesa que seamos pesimistas, pues de esa manera no tenemos energía para denunciar los abusos y poder mejorar este bonito planeta.
Si pensamos en la mujer española en los últimos cincuenta años, el salto que ha dado en derechos humanos es espectacular. También es cierto que con Franco vivía en un estado de semiesclavitud, pero repasar como vivía la mujer en los años cincuenta dependiendo para todo del marido y como vive ahora es esperanzador. Y esa esperanza es el motor para seguir conquistando dignidad.
En 1971 había un millón de niños sin escuela en España y ahora apenas hay analfabetos de 16 años. Es espectacular. Otra cosa es si lo aprovechan o prefieren seguir siendo ignorantes, pero después de la escuela obligatoria la opción ya es más personal.
Jacques Lecomte nos habla con cifras, de pobreza, de enfermedades, de energía, de bosques, de biodiversidad, de guerras etc. y cuando acabas el libro tienes muchas más ganas de seguir luchando porque otro mundo no solo es posible, sino también necesario y además podemos lograrlo. Tal vez en el tema de las bombas atómicas haya que trabajar mucho más por el desarme. En eso estamos.