A mí también me dieron un indulto. En 1971 estaba preso en la cárcel de políticos de Jaén por el delito de desobediencia por no querer hacer la mili y Franco dio un indulto general que se llamó Matesa. Era por un tema de corrupción en el que estaban implicados algunos ministros suyos. Para evitar juzgarlos, con disimulo dio el indulto para todos los presos, con una reducción de pena entre otras características.
Los que teníamos poca condena pendiente, salimos en libertad, y nadie nos preguntó si nos arrepentíamos o lo volveríamos a hacer.
Evidentemente, muchos volvimos a la cárcel, pero por delitos diferentes del indultado. Yo por deserción porque seguí negándome al servicio militar y muchos presos políticos porque siguieron defendiendo la democracia.
Todos los que ahora, aunque se disfracen de jueces del supremo, constitucionalistas, intelectuales, periodistas o camaleones y que exigen que los presos políticos catalanes se arrepientan y no lo vuelvan a hacer para no perder el indulto, SON MÁS FRANQUISTAS QUE FRANCO.