El párroco de Caldes, en nombre del consell pastoral, niega el permiso que varias entidades de Caldes habíamos solicitado, para hacer una pintada por la libertad de los presos políticos y la Amnistía en el muro de la plaza 1 de octubre que limita con la iglesia. Muro cuya propiedad eclesial es mas que discutible.
Fui a un colegio religioso y me enseñaron en el catecismo las obras de misericordia. Una de ellas decía “Visitar a los presos”. Hace tiempo, la Iglesia promovió la creación de una orden, los mercedarios, cuya finalidad era liberar a los cautivos. No pedimos que el párroco se haga independentista, ni siquiera que defienda la democracia y el voto como forma civilizada de resolver los conflictos. Es misericordia con los presos pedir su libertad. Mucho mas cuando han sido condenados por unos jueces controlados por detrás por el partido popular.
No se si a los que hacen la primera comunión y a los que se casan por la iglesia les siguen enseñando las preciosas obras de misericordia. Me gustaría que además las practicaran.
Deseo que algún día venga a Caldes un párroco que como yo tenga de referentes al obispo Casaldariga, el escolapio Xirinacs o Mosen Dalmau. Hasta entonces seguiremos defendiendo los derechos humanos donde podamos, pero me gustaría que fuera en y con la iglesia.
“Pepe Beunza, objetor de conciencia católico en 1971, condenado en dos consejos de guerra”